La fe de Adán no era introspectiva – no tenía que mirar a sí mismo para remediar su situación caída en pecado. Más bien, su fe era “extraspectiva” –miraba afuera, miraba a la simiente de la mujer. En la narrativa del Génesis vemos incluso indicaciones de que el hombre sería sanado, pero no simplemente restaurado a su posición en el jardín. La salvación de Adán y Eva sería mucho mayor. Ellos serían restaurados para vivir en la presencia de Dios para siempre, y su desnudez, su vergüenza, sería cubierta
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